Primera version de galletas

¿Cómo surge Gricha?

La historia de Gricha es un testimonio de innovación y visión, donde una necesidad vital se convierte en una oportunidad para cambiar paradigmas. Alba, fundadora de Gricha, nos lleva a través de su viaje desde la concepción de la idea hasta la realización de un producto revolucionario en el mercado mexicano.

Gricha, derivado de las palabras "grillo" y "chapulín", se enfoca en el desarrollo de productos con proteína de grillo. La semilla de esta iniciativa fue sembrada durante los días de estudio de Alba en nutrición. Una conversación casual con una compañera sobre la creación de suplementos de gusanos para el ganado despertó su interés en la entomofagia y sus beneficios ambientales y nutricionales.

La entomofagia o consumo de insectos, no es un concepto nuevo. Organizaciones internacionales han abogado durante años por su adopción como una alternativa más sostenible para el planeta y más saludable para los seres humanos. Para Alba, fue un despertar. ¿Cómo es posible que algo tan beneficioso aún no esté siendo explorado ampliamente?

Su investigación la llevó a descubrir el potencial de los insectos como una fuente de nutrición valiosa. Observó cómo la entomofagia se estaba utilizando en diversas partes del mundo y se preguntó por qué no se estaba implementando en México. Este fue el punto de partida para Gricha: llevar la entomofagia a la mesa de los mexicanos de una manera innovadora y accesible.

El proceso de creación de Gricha no fue fácil. Alba recuerda con claridad los desafíos que enfrentó desde el principio. Sin embargo, su determinación y fé en el proyecto la llevaron a participar en eventos como STARTUP WEEKEND WORLD, donde Gricha ganó el primer lugar. A pesar de los obstáculos y la falta de apoyo inicial, Alba siguió adelante, consciente de que estaba siguiendo un camino que estaba destinado para ella.

El inicio fue modesto. Gricha comenzó a través de experimentos con galletas, donde Alba y su equipo exploraron la viabilidad de productos con insectos. A través de pruebas de mercado en redes sociales, confirmaron el interés del público en consumir productos de este tipo. Este fue el impulso inicial que necesitaban para continuar con su visión.

En cuanto al sabor de los productos de Gricha, Alba explica que es sutil y puede variar según diversos factores, como la alimentación y el proceso de secado de los insectos. Sin embargo, muchos describen el sabor como similar a nueces tostadas o camarón, aunque de manera muy tenue.

Hoy en día, Gricha ha evolucionado desde su modesto comienzo hasta convertirse en una empresa que cría sus propios grillos en colaboración con otras granjas especializadas como Crickex. Este enfoque garantiza no solo la calidad de los productos, sino también su sostenibilidad y trazabilidad.

La historia de Gricha es más que la creación de un producto; es un testimonio de la capacidad de innovación y adaptación del espíritu emprendedor mexicano. Alba y su equipo han demostrado que con determinación y visión, es posible transformar desafíos en oportunidades y abrir nuevos caminos hacia un futuro más sostenible y nutritivo para todos. Gricha es más que una empresa; es un símbolo de cambio y progreso en la industria alimentaria mexicana.

La historia de Gricha es un testimonio de emprendimiento y resiliencia en un mercado desafiante y poco convencional. Alba, la mente maestra detrás de esta empresa, comparte sus reflexiones sobre el estado actual y los desafíos que enfrentan en su trayectoria.

Alba define a Gricha como una startup, no solo por su frescura y novedad en el mercado, sino también por la mentalidad y actitud que impulsa a su equipo. Con un equipo mayormente femenino, Gricha se enfrenta a desafíos únicos, desde establecer una marca nueva hasta lidiar con regulaciones existentes para su producto innovador.

Uno de los principales desafíos radica en la necesidad de realizar estudios científicos para demostrar la seguridad y calidad de sus productos. La regulación en torno a los insectos comestibles aún está en desarrollo, lo que significa que Gricha debe navegar por aguas poco exploradas para garantizar la confianza para el consumidor y cumplir con los estándares de seguridad alimentaria.

A pesar de estos desafíos, Gricha está experimentando un crecimiento constante, lo que refleja el interés y la aceptación del público hacia sus productos. El equipo está dedicado a desarrollar nuevas líneas de productos y a establecer una conexión más profunda con sus clientes, comprendiendo sus preferencias y necesidades que faciliten la transición hacia el consumo de insectos.

Una de las preguntas recurrentes es sobre el contenido proteico de las galletas de Gricha en comparación con las galletas convencionales. Alba explica que las galletas de Gricha tienen un contenido proteico notablemente mayor, alrededor del 18%, en comparación con las galletas tradicionales, que generalmente contienen entre 1 y 2 gramos de proteína por porción.

Lo más sorprendente es la comparación que Alba hace sobre el valor nutricional de las galletas de Gricha en relación con las porciones de alimentos convencionales. Por ejemplo, un paquete de galletas de chocolate equivaldría a dos porciones de proteína animal, una porción de cereales y una porción de fruta, según el sistema mexicano de equivalentes. Esta comparación destaca el valor nutricional significativo que aportan los productos de Gricha en una sola porción.

Finalmente, Alba comparte una lección invaluable que ha aprendido a lo largo de su viaje emprendedor: "la importancia de estar dispuesto a empezar de nuevo y aprender de los fracasos." Reconoce que el camino del emprendimiento está marcado por errores y desafíos, pero es la perseverancia y la voluntad de seguir adelante lo que define el éxito.

La historia de Gricha es un recordatorio inspirador de que el camino hacia el éxito está pavimentado con desafíos, pero también con oportunidades para crecer, aprender y sobre todo, innovar. En un mundo donde los límites son cuestionados y las tradiciones desafiadas, empresas como Gricha representan el espíritu audaz y visionario que impulsa el cambio y la evolución en la industria alimenticia.